Ejemplos de innovación en Africa

A a pesar de todo, en África se genera  también   innovación en muchos campos alejado de los circuitos tradicionales como las universidades y las grandes corporaciones, y el talento encuentra como siempre espacio para manifestarse, empujado muchas veces por la necesidad,de modo que aparecen quienes desarrollan innovaciones que en otras partes del mundo podrían parecer tonterías, pero que en África ayudan a mejorar la calidad de vida, a salvar vidas, a contaminar menos, etc.

He aquí algunos  ejemplos:

William Kankwamba   es un  chico de Malawi   es el ejemplo  mas sonado al haber  saltado al estrellato  por las charlas de TED en 2007. Ya se he hablado de él en este blog    en dos ocasiones aqui    y  aqui. Mas  que por   sus creaciones  pienso que su valor mas valioso es demostrar  al ser  humano que cualquiera sin incluso conocimientos técnicos  puede llevar a buen puerto lo que se proponga   incluso sin recursos materiales ( en su caso con chatarr)  William fué capaz de hacer un molino de viento con el que dar energía eléctrica a la vivienda en la que vivía con sus hermanas y padres   motivado  porque en su pueblo no existía la electricidad gracias   a  que cayo en su manos  el libro “Using energy” y descubrió el papel de los molinos de viento para generarla. De allí en más siguió avanzando (leyendo otros libros) y construyó el primer molino de viento de su pueblo, con palos, una bicicleta vieja, y pedazos de PVC, capaz de generar electricidad para alumbrar, escuchar radio, y cargar móviles  ofreciendo con esto una gran lección de coraje e ingenio a  todos.

Espero que aprendamos de William que pese a pensar que es muy difícil lo que nos propongamos , debemos intentarlo, máxime  cuando tenemos muchísimos más medios a nuestro alcance que este joven .

 

Onesmus Mwangi  natural de Magomano (Kenia)  ha utilizado un viejo motor, piezas de plástico o metálicas recogidas de la calle, tornillos comprados en una tienda local y goma casera para ensamblar las piezas. El joven de 20 años construyó la avioneta durante siete meses, y ha invertido 650 dólares (un año y medio de su salario). Sin embargo,en la empresa de Mwangi se enteraron de que los medios se estaban interesando por el avión casero, el keniata fue despedido. Su jefe opinaba que el revuelo mediático estaba despistando al empleado de sus labores.

Sin embargo el caso de Mwangi no es el único de “desperdicio de talento” en África, como él mismo asegura. Y es que en los últimos años se han conocido varias -de las muchas- historias de ingenieros aeronáuticos amateur en el continente africano, como recoge la BBC.

Gabriel Nderitu Muturi, también de Kenia, tardó tres años en construir su avioneta biplaza. Usando un motor de 40 litros de un coche Toyota, el emprendedor africano no consiguió que su aeronave levantase el vuelo. En un artículo contó su experiencia. Pero Muturi no se dio por vencido, y en 2012 diseñó otro aeroplano (esta vez para una sola persona) y que está siendo probada por control remoto.

En 2007, un estudiante de física nigeriano consiguió una beca en el Instuto TED británico para estudiar mantenimiento de aviones. Mubarak Muhammed Abdullahi, de 24 años, tardó un año en construir un helicóptero usando piezas de coches, motos y alguna parte de un Boeing 747 que compró con sus ahorros. La aeronave de Abdullahi se elevaba hasta dos metros del suelo.

 

•El Cardiopad es un dispositivo, creado por el ingeniero Arthur Zang, capaz de salvar vidas, diseñado en el Camerún para hacer frente a la escasez de cardiólogos en ese país y, no menos importante, porque en la propia familia del inventor hay personas con patologías cardíacas.
Siendo primera tableta médica de África, en las pruebas realizadas por la comunidad científica del país, el Cardiopad ha demostrado tener una fiabilidad del 97,7%.
Este dispositivo cuenta con una interfaz de pantalla táctil fácil de usar que se adapta a las necesidades de los profesionales sanitarios de las zonas alejadas, que pueden no estar familiarizados con los dispositivos informáticos más avanzados y carecer de los conocimientos especializados necesarios para utilizarlos.

El objetivo del Sr. Zang es poder fabricar su dispositivo y ponerlo a la venta a unos 2.200 euros, que es un precio bastante inferior al de otros dispositivos menos portátiles disponibles en el mercado. De esta forma se espera que los hospitales que adquieran este dispositivo de bajo costo puedan reducir el precio de los exámenes médicos y acelerar la obtención de diagnósticos.

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Este joven  está colaborando con otros jóvenes ingenieros cameruneses en el desarrollo de una serie de nuevos dispositivos y tecnologías médicos para las zonas rurales. El comenta “No basta con tener ideas de ingeniería”, afirma, “es necesario ir más allá y averiguar cuáles son los problemas a los que se enfrentan los africanos y luego investigar a fin de buscarles solución, subvencionar la creación de empresas y crear incubadoras de empresas que den sustento a los proyectos, a los investigadores y a los ingenieros, y les ayuden de verdad a dar el salto del laboratorio a la fábrica”.A la larga, el sueño del Sr. Zang es seguir trabajando para “mejorar las condiciones de vida”, diversificando sus actividades hacia otros ámbitos de la tecnología médica, con la mente puesta en el desarrollo de dispositivos especialmente adaptados a la ecografía y la radiología . A largo plazo, el Sr. Zang espera poder fabricar el Cardiopad en el Camerún y ayudar al país a convertirse en un centro de fabricación de dispositivos de bajo costo adaptados específicamente a mercados y entornos de recursos escasos, como por ejemplo los de África Occidental.“Esto ayudará a reducir los costos de los exámenes médicos y el precio de la buena salud en todas las regiones y en las aldeas”, afirma. “Ese, ese es mi más ardiente deseo”.
Mellowcabs es una startup basada en Capetown (Sudáfrica) que planea ofrecer transporte gratis trayendo a la vida real el modelo publicitario usado en internet.Estos son triciclos de alta tecnología para 1 y 2 pasajeros, pensados como un sistema de micro transporte urbano eco-friendly, con un modelo de publicidad tecnológico.

Su carrocería protectora se hace a partir del compuesto reciclado de plástico.  Usa 2 motores eléctricos  sin escobillas  ubicados  internamente (12: 1 relación de transmisión de bajada) en las  ruedas  (5 kW de potencia cada uno) proporcionando estos  la propulsión; cuando  se empieza a pedalear,  los motores se activan  de una manea  no muy diferente de algunas bicicletas de carga eléctricos asistida . La energía la proporciona  baterías de plomo de gel recargables, con un alcance máximo de 110 kilometros (aproximadamente 68 millas), proporcionan la energía. L

A pesar de estar plagado de ineficiencias, medida por las emisiones de gases de efecto invernadero, la parálisis, la productividad desperdiciada y la mala economía de combustible, los taxis son, para la mayoría de los centros urbanos, el remedio más común para que un problema de última milla. Ahí es donde el coche ecológico, interviene con un taxi re-imaginada del futuro: un peso ligero (230 kg / 507 libras) impulsado por pedales de tres ruedas y dos motores eléctricos de ayuda – con un montón de exterior visible superficie para servir como una cartelera de rodadura, también.

«Más del 80% de todos los viajes urbanos en todo el mundo son más cortos de tres millas, lo cual es un uso muy ineficiente de los motores de combustión interna», dice du Preez, un ex químico agrícola-fertilizantes que fundó Mellowcabs con su colega Kobus Breytenbach en Franschhoek , Sudáfrica. «Pero las distancias cortas son ideales para micro-vehículos eléctricos como Mellowcabs. El rendimiento de nuestro taxi está a la par con los taxis normales, y cumple con las normas internacionales aptos para circular, lo que significa que podemos operar legalmente y de forma segura en casi cualquier carretera «.

Algunos avances se están realizando en soluciones de última milla (y sí, hay una primera milla de resolver, también, en la parte delantera de los sistemas de transporte masivo). Las opciones van desde programas de uso compartido de bicicletas públicas a los llamados sistemas de tránsito rápido personales, como el de la ciudad de Masdar , un «cúmulo tecnología limpia» en Adu Dhabi en los Emiratos Árabes Unidos. Pero Mellowcab quiere un asiento en la mesa, también.

Las medidas de seguridad incluyen una jaula antivuelco ultra-rígida, cinturones de seguridad y sensores de proximidad. Velocidad máxima del Mellowcab es 70 mph, pero el vehículo puede ser programado para permanecer dentro de un límite de velocidad establecido, dice du Preez.

La idea la tuvieron Neil du Preez y Kobus Breytenbach en 2012, y los Mellowscab operarían en rutas planificadas y serían monitorizados.

 

 

 

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