Pocos dias para que termine la exposición sobre Nicolas Tesla en la Fundacion Telefonica

Resulta incomprensible, dada la enorme trascendencia de su trabajo, comparable a la de sus rivales Thomas A. Edison y Guglielmo Marconi, ambos por cierto aficionados a husmear en sus patentes. Tesla, epítome del genio romántico, obsesionado con su trabajo y poco dado a los asuntos mundanos, tuvo mala suerte en los negocios y perdió el mérito histórico de sus contribuciones a favor de otros inventores más hábiles comercialmente hablando. A la postre, el nuevo capitalismo surgido de la Segunda Revolución Industrial desconfió de aquél que no se había hecho rico con sus inventos y lo relegó a la soledad de una habitación del hotel New Yorker. Allí murió Tesla, que había pasado de ser un atractivo y brillante científico europeo a un viejo que daba de comer a las palomas y mascullaba locas ideas sobre un futuro inalámbrico. Hay una genial exposicion en el espacio Fundacion Telefónica que termina el 15 de Ferbrero

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